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OPINIONES

  • 9

    Ferdinard Recio |

    Director general del Centro Acrópolis.

    País solidario


    01 July 2020

    En este momento, nos encontramos en la fase 3 de la pandemia por COVID-19 y aún la población de algunos estados de la República Mexicana sigue sin cumplir los ordenamientos de la Sana distancia y quedarse en casa para evitar el contagio comunitario por personas que se encuentran en los primeros días de tener el nuevo coronavirus.

     
    A ello se agrega que no se han hecho suficientes pruebas para detectar más casos y conocer cuántas personas están contagiadas con el fin de salvaguardar su vida, prevenir más contagios solicitándoles su aislamiento por lo menos por 14 días en su domicilio, evitar que mueran y que los hospitales estén con sobrecupo.
     
    Derivado de lo anterior, las autoridades establecieron un semáforo para clasificar a los estados por colores de la siguiente manera:
    • Verde, donde los casos son aislados o pocos.
    • Amarillo, donde los casos implican que un porcentaje pequeño de la población está detectado como sospechoso o que ya se ha confirmado tiene COVID-19.
    • Naranja, regresar de forma parcial a las actividades económicas.
    • Rojo, donde existe el mayor número de casos detectados con el virus y también se encuentra un alto número de personas fallecidas.
    Todo ello tiene la finalidad de brindar el mayor apoyo en suministros a los estados que se encuentren en rojo, para controlar la epidemia y minimizar el número de contagios comunitarios, haciendo más rígidas las reglas de la campaña Quédate en casa, la Sana distancia y cuando tengan que salir respeten las medidas señaladas al regreso a sus hogares. Cabe mencionar también que empiezan a presentarse en la sociedad que sí está cumpliendo con las medidas sugeridas por la Secretaría de Salud conflictos en las familias que no están acostumbradas a convivir muchas horas y días juntos; hay rupturas emocionales con la pareja, dentro del matrimonio, con los hijos y demás habitantes de la casa.
     
    Tampoco hay que perder de vista cómo están viviendo las familias el duelo por el fallecimiento de un pariente, amigo o compañero de trabajo; todo ello ha implicado que se accionen programas de salud mental que permitan a la población prepararse para su resiliencia, con base en la reflexión de cómo lograr una nueva actitud ante el cambio de vida en la familia, el trabajo o con los amigos; además de enfrentarse a la crisis económica, personal y del país.
     
    Ante la falta de trabajo, en la búsqueda de oportunidades para salir adelante, la comunidad ha creado grupos de apoyo alimentario para quienes se quedaron sin trabajo; así como grandes fundaciones y empresas han realizado diferentes donaciones en especie a las unidades de salud, sobre todo, de materiales indispensables para que los trabajadores de la salud se cuiden al prestar sus servicios.
     
    Es tiempo de seguir en casa, valorar nuestra vida, cuidarnos, reflexionar, fortalecer la convivencia familiar, prepararnos para el cambio de vida que hoy se nos presenta, controlar este virus y salir adelante.
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