OPINIONES

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  Douglas Wallace |

  01 September 2020

  Gerente general para Am

  

  Análisis de datos en salud

  
  01 September 2020
  

  En el primer trimestre de 2020, la salud digital alcanzó un nivel récord de financiación de 3.1 billones de dólares

   

  En los últimos años, la industria de la salud ha dado un salto importante en la transformación digital, al aprovechar las nuevas tecnologías, en particular el análisis de datos, para avances significativos en investigación, diagnóstico y procesos más eficientes. De acuerdo con un estudio reciente de la Society of Actuaries, se estima que 60% de los profesionales de la salud utiliza análisis predictivos dentro de sus organizaciones. Dada la actual pandemia de COVID-19, podemos esperar un aumento adicional de esta estimación.

   

  Ahora más que nunca, los hospitales, laboratorios y empresas recurren a la analítica para mejorar su eficiencia y agregar valor. Está claro cuán transformador es el análisis de datos al abrir una gama aparentemente infinita de posibilidades que podrían revolucionar la industria de la salud a niveles sin precedentes. IDC predijo que los volúmenes de datos alcanzarían 175 zetabytes para 2025, ahora podemos esperar que esa estimación aumente más.

   

  La COVID-19 ha llevado a una expansión del modelo de trabajo remoto y la dependencia intensificada de la tecnología, lo que significa que los volúmenes de datos globales continuarán en aumento exponencial.

   

  Si bien estos datos tienen un gran potencial, los no estructurados representan 80-90% de la huella digital total. La información no estructurada (imágenes, datos de búsqueda, videos y datos de sensores), son en gran medida inescrutables y difíciles de analizar, lo que representa un desafío importante para las empresas. Además, existen en infraestructuras y silos complejos (almacenes de datos, redes de área de almacenamiento y sistemas de respaldo).

   

  Dada esta realidad, las empresas deben estar preparadas para recopilar, almacenar y extraer valor de los datos. Esto implica la modernización de la infraestructura, que requerirá soluciones de almacenamiento capaces de acceder y compartir datos rápido, al tiempo que los mantiene seguros y alineados con las normas de privacidad.