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OPINIONES

  • 9

    Ferdinard Recio |

    Director general del Centro Acrópolis.

    Urge mayor cultura preventiva


    01 November 2020

    Cuando se tienen protocolos y se sabe enfrentar los fenómenos epidemiológicos, es más viable poder controlarlos

     

    En estas fechas de fin de año, una vez más se pondrá a la humanidad a prueba de cómo actuar preventivamente ante la combinación del fenómeno epidemiológico con dos tipos de virus: el SARSCoV-2 y el de la influenza estacional, el cual para este año se estima se dispersará bajo las siglas N1 HX, por las diferentes mutaciones que se han presentado, sobre todo, en los países orientales.

     

    Recordemos que crear cultura preventiva en el ser humano es uno de los retos mayores a los que se enfrentan las instituciones de salud a nivel mundial, ya que persisten rumores de que no existe esa enfermedad, que se trata de una estrategia política para controlar nuestras actividades, pareciera que olvidan que este año la COVID-19 ha diezmado a la población con el número de contagios a nivel mundial, donde se han recuperado algunas personas de la enfermedad, pero quedan con afectaciones en órganos respiratorios y circulatorios; así como un número de muertos muy elevado (al cierre de esta edición supera el millón de personas). Sin darse cuenta que el hecho de permanecer en sus hogares les ha causado, a algunos, un estrés que no conocían por estar acostumbrados a estar más tiempo en el trabajo o en los traslados y ahora les tocó convivir con su familia el mayor tiempo, lo cual ha provocado reflexiones para cuidarse y salir adelante, o bien, situaciones de agresividad familiar.

     

    Todo ello por no querer seguir los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud de tomar las medidas indispensables de autoprotección para conservar la salud y productividad económica, en donde al estar enfermos repercute para la familia, las empresas y para el país.

     

    Cada día la industria químico-farmacéutica internacional y nacional busca contar con una vacuna y/o un medicamento que sirvan para contrarrestar los síntomas de estos virus que ya han demostrado cómo pueden afectar a las personas, así que los servicios de salud nacionales deben tener protocolos de actuación para este tipo de emergencias epidemiológicas y cómo controlar que su presencia no sea catastrófica para los mismos.

     

    Tengamos presente el alto costo que implica tratar de recuperar la salud de las personas contagiadas por estos virus y que no se cuenta con todos los equipos necesarios en todas las unidades de salud a nivel nacional, ni el personal plenamente capacitado para manejar este tipo de padecimientos que siempre se complican en su sintomatología, más aún cuando repercuten la situación laboral que lleva como consecuencia un caos de orden mayor por la falta de productividad en las organizaciones públicas y privadas.

     

    Estamos a tiempo de construir más protocolos sobre cómo actuar ante este tipo de emergencias epidemiológicas, con capacitación y adiestramiento continuo al personal interdisciplinario de salud, para que organicen simulacros y sepan cómo actuar si durante sus rutinas se presenta una emergencia.

     

    Necesitamos prepararnos para resolver estas situaciones de la mejor manera, brindar orientación en forma clara, precisa y adecuada a la población, para que acepte su auto responsabilidad de mantenerse sano.

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