Edgar Díaz |
Twitter: @BoehringerMX Es director de Recursos Humanos de Boehringer Ingelheim México, Centroamérica y el Caribe.
• Habilidad analítica: se preocupan por tener la información suficiente para la toma de decisiones de manera estratégica.
• Multitask: poseen la capacidad innata de pensar y actuar en muchas direcciones o realizar varias tareas al mismo tiempo.
• Comunicación asertiva: no evaden los conflictos, buscan la negociación, conciliación y resolución de problemas.
• Visión colectiva: el liderazgo femenino es inclusivo, alienta la participación y comparte el poder y la información. Crea y fortalece las identidades de grupo. Promueve la pluralidad, flexibilidad y creatividad.
• Mayor disposición al cambio: su estilo es innovador, con un firme sentido de la calidad, centrado en la persona, flexible, comunicativo y persuasivo. Suelen mantener la calma en tiempos de crisis y tener el control frente a la incertidumbre.
Hasta hace algunas décadas, el mundo de los negocios tenía un ápice primordialmente masculino. Hoy, las mujeres han asumido un rol cada vez más importante en el liderazgo de las organizaciones
Con base en datos publicados por el Boston Consulting Group y la Harvard Business Review, en los últimos años la población femenina se ha convertido en el motor dominante de la economía global: demandan más y mejores bienes, crecen económicamente y asumen más puestos de liderazgo. Ejemplo de ello es que controlan alrededor de 20 billones de dólares de los gastos de consumo a nivel mundial, cifra que podría ascender a 28 billones en el próximo lustro.
Asimismo, 70% de las decisiones que se toman dentro del total del PIB de cualquier país son influenciadas por ellas y la brecha que existe con relación a los hombres en temas de salud, educación, participación política y trabajo se ha reducido entre 3 y 5% en la última década.
Esto se debe, sobre todo, a cuatro factores: 1) la educación, 2) las oportunidades profesionales, 3) el liderazgo social, y 4) la Responsabilidad Social Corporativa que han posibilitado a las empresas generar normas de igualdad de género, diversidad e inclusión, programas de flexibilidad laboral, esquemas de atracción y retención de talento sin distinción de género, así como políticas de maternidad y paternidad.
Y es que cuando se abren espacios con igualdad de oportunidades, se detonan cambios positivos en las organizaciones que permiten crecimiento y competitividad.
Como director de Recursos Humanos he observado que, por su propia naturaleza, las mujeres son más dinámicas para ayudar a otros a desarrollar sus habilidades de influencia, dirección y comunicación estratégica.
Algunas características que podrían definir el liderazgo femenino son:
• Enfoque humano: son sociables, expresivas y cercanas, lo cual brinda mucho potencial para lograr compromisos. Si bien tienen clara la importancia de alcanzar los objetivos planteados, lo hacen sin descuidar las necesidades de su equipo de trabajo.
• Habilidad analítica: se preocupan por tener la información suficiente para la toma de decisiones de manera estratégica.
• Multitask: poseen la capacidad innata de pensar y actuar en muchas direcciones o realizar varias tareas al mismo tiempo.
• Comunicación asertiva: no evaden los conflictos, buscan la negociación, conciliación y resolución de problemas.
• Visión colectiva: el liderazgo femenino es inclusivo, alienta la participación y comparte el poder y la información. Crea y fortalece las identidades de grupo. Promueve la pluralidad, flexibilidad y creatividad.
• Mayor disposición al cambio: su estilo es innovador, con un firme sentido de la calidad, centrado en la persona, flexible, comunicativo y persuasivo. Suelen mantener la calma en tiempos de crisis y tener el control frente a la incertidumbre.
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