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OPINIONES

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    Hugo Lobato |

    lobatoh@cefrp.com.mx Fundador y director general de la agencia de relaciones públicas y comunicación CEFRP. Cuenta con estudios en mercadotecnia por la UTN y el ITAM, es licenciado en Ciencias de la Comunicación y cursa una Maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Asimismo, ha tomado diplomados en Reputación y escándalo, Manejo de la Comunicación en Crisis en la Universidad Iberoamericana; Gestión de Criris de Comunicación en Redes Sociales en la Universidad La Salle, entre otros.

    Dirección a la comunicación


    01 July 2018

    “Mejorar es cambiar; ser perfecto es cambiar a menudo”: Winston Churchill

     

    En la práctica de la comunicación y las relaciones públicas uno descubre que hay tres tipos de empresas: las de mente abierta, las alfabetizadas y las que no creen en su reputación.

     

    Comenzaré por describir a las que ubico en tercera posición, éstas se caracterizan por clasificar como un “gasto” innecesario y pérdida de tiempo la construcción de una narrativa convincente, acompañada de mensajes clave que pueden estar sustentados por su historia, sus productos o servicios de calidad y que tienen amplias oportunidades para difundirse entre sectores específicos que, de manera directa o indirecta, influyen en su negocio en el corto, mediano y largo plazos.

     

    ¿Por qué estas compañías creen que comunicar sus fortalezas es un “gasto” y no una inversión en beneficio de su reputación? Este simple cuestionamiento puede ser un tema de investigación para conocer a fondo los porqués de decir no a la comunicación corporativa.

     

    Por otro lado, las alfabetizadas llevan camino recorrido en la implementación de iniciativas proactivas que se derivan de un plan global de comunicación para lograr un objetivo: posicionar, proteger y administrar de manera positiva su reputación entre sus grupos de interés (internos y externos) o a quienes también denominamos stakeholders.

     

    En general, este tipo de empresas, nacionales y extranjeras, están inmersas en el ecosistema del posicionamiento público de manera formal y organizada. Sus políticas de comunicación son claras para implementarse en cada subsidiaria donde operan.

     

    Como consultores externos, las agencias de relaciones públicas apoyamos en llevar a cabo análisis FODA en comunicación (Balanza endógena: Fortalezas – Debilidades; Balanza exógena: Oportunidades – Amenazas). Asimismo, contribuimos en proporcionar un enfoque desde otro plano para diseñar e implementar programas de visibilidad específicos con los medios de comunicación, relacionamiento con autoridades y comunidades, planes de responsabilidad social, programas de capacitación para la prevención y gestión de crisis, media training, construir alianzas con influenciadores y establecer el framing de redes sociales, por mencionar algunos.

     
    Las organizaciones alfabetizadas en comunicación también saben lo rentable que resulta tener un manual de crisis y capacitar por lo menos una vez al año a su comité directivo para estar preparados ante un posible escándalo mediático que ponga en riesgo las operaciones diarias de la empresa; el sentido de urgencia y la respuesta inmediata son cruciales para tener el control de la comunicación ante escenarios críticos.
     
    Cabe mencionar que en el mundo empresarial también encontramos a las startup, grupo de empresarios independientes que han puesto en marcha una idea disruptiva y están con la mente abierta para conocer los beneficios que aporta la comunicación con estrategias que se les diseñan como traje a la medida de sus necesidades y presupuestos.
     
     
    Es un nicho de mercado interesante porque les mostramos paso a paso los alcances de su campaña, al pasar de la teoría a la práctica en el menor tiempo posible para que palpen la divulgación de su historia entre sus audiencias clave.
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