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OPINIONES

  • 9

    Ferdinard Recio |

    Director general del Centro Acrópolis.

    Mexicanos solidarios


    01 January 2018

    La solidaridad ante un desastre natural siempre nos ha distinguido y una vez más se demostró para mover los escombros y salvar vidas. Mantengámosla vigente porque la unidad siempre permite superar cualquier problema

     

    El pasado 07 de septiembre a las 23:29 horas se presentó un sismo de 8.2 grados en la Escala de Richter con epicentro en Pijijiapan, Chiapas, con una duración de dos minutos 34 segundos de tipo oscilatorio; se suscitaron 185 réplicas en las siguientes tres horas, la mayor de 6.1 grados; el que no se presentara en las costas de Guerrero o Michoacán hizo que la Ciudad de México no sufriera daños mayores, ya que ello hubiera sido catastrófico.

     

    El sismo del 19 de septiembre a las 13:14 horas de 7.2 grados con epicentro

    en Puebla tuvo una duración de dos minutos 14 segundos, fue de tipo oscilatorio,

    con repercusión en Morelos, Guerrero y la Ciudad de México, lo cual provocó el

    desplome de unidades habitacionales y servicios de salud; el total de personas

    fallecidas hasta el momento de escribir el presente artículo fue de 209, tan sólo la

    capital del país, entre Oaxaca y Chiapas se detectaron más de 40 por los derrumbes

    de viviendas, servicios de salud, templos, edificios gubernamentales y comercios.

     

    Debido a lo anterior, se solicitó a los habitantes revisar en sus casas que quedaron de pie las posibles áreas afectadas de paredes, muros de carga, columnas, cristales, conexiones de gas, electricidad, agua, inclinaciones o hundimientos para avisar a las autoridades de Protección Civil; así como evitar los rumores, cumplir con los Planes Familiares en la materia y de requerirlo acudir a los refugios temporales con sus documentos indispensables y los medicamentos de aquellos miembros de la familia que padecen enfermedades crónico-degenerativas.

     

    El hecho de que se presentara en horario nocturno ocasionó que muchas familias no escucharán la alarma sísmica en el primer movimiento telúrico, para el segundo la alerta sísmica sonó sólo 20 segundos antes, por lo cual muchas personas no pudieron replegarse a las zonas de seguridad y salvar sus vidas, debido también a la antigüedad de muchas de las construcciones o que éstas fueron hechas con materiales frágiles como el adobe, pues recordemos que estas áreas de la República Mexicana son de pobreza extrema.

     

    Una vez más, septiembre nos recordó que los ciclones y los sismos provocan deslaves en las zonas montañosas que sepultan viviendas, obstruyen carreteras y se llevan puentes por el crecimiento de los causes de los ríos.

     

    Debemos estar preparados porque hasta el mes de noviembre se presentaran ciclones o tormentas tropicales y los sismos no pueden predecirse; cada día el reporte de los muertos ha crecido y el número de la población que quedó desampara también. Apoyemos con víveres, dinero, ropa, utensilios del hogar, así como con las brigadas de salud, medicamentos y materiales de curación que se necesiten.

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