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OPINIONES

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    Héctor Bolaños y Alberto Lifshitz |

    HECTOR BOLAÑOS Inició su carrera en la IF en 1970. Su experiencia abarca las áreas de productos de prescripción y libre acceso en las que desempeñó diversos puestos en los departamentos de Investigación de mercado, Mercadeo, Desarrollo de negocios y Asuntos regulatorios. Trabajó como consultor para diversas compañías y participó en el proyecto PRITECH de la Agency for International Development, de Estados Unidos. Ocupó diversas posiciones en la Afamela, entre ellas la de tesorero, asistente del Chairman del Comité Organizador de la XI Asamblea Mundial de la World Self-Medication Industry (WSMI) y fue su director ejecutivo. Fue director general de la Industria Latinoamericana de Automedicación Responsable, Vice Chairman for Latin Amercia y miembro del Board of Directors de la WSMI. ALBERTO LIFSHITZ Es médico cirujano egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, donde también es profesor definitivo. Miembro fundador de la Asociación de Medicina Interna de México, de la Acanemed, del Consejo Mexicano de Medicina Interna y de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina. Es miembro de las academias Nacional de Medicina, Mexicana de Cirugía, de Ciencias Médicas del Instituto Mexicano de Cultura y de Historia y Geografía, así como del Sistema Nacional de Investigadores. Integrante de los cuerpos editoriales de 15 revistas, editor de la Gaceta Médica de México y editor asociado de Investigación en Educación Médica. Fue director general de Medicamentos y Tecnologías para la Salud y la Coordinación de los Institutos Nacionales de Salud de la SSa. Titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud del IMSS. Secretario del Consejo de Salubridad General 2012 y coordinador del Comité Normativo Nacional de Medicina General 2008-2014.

    La ocupación


    01 September 2018

    La ocupación es un determinante de la salud y el bienestar que no ha recibido la atención que merece a pesar del impacto que puede tener o que sus consecuencias se extienden a todos aquellos ámbitos que forman parte de nuestra vida, por eso en esta ocasión decidimos ahondar en el tema.

     

    La ocupación trasciende el ámbito laboral y está compuesta por todas aquellas tareas que llevamos a cabo diario con diferentes propósitos, que van desde el autocuidado, la búsqueda de sustento diario o el esparcimiento, hasta las comunitarias o sociales. En todas se encuentran involucrados componentes neuromotores, cognitivos, emocionales y sensoriales.

     

    Ahora bien, para contribuir efectivamente a la salud, las ocupaciones deben haber sido seleccionadas o aceptadas por las personas de acuerdo a la etapa de vida en que se encuentran, tener un significado especial, dar un sentido de pertenencia y ser una expresión de su espiritualidad. De dicho modo, coadyuvarán a incrementar la energía, estar más alerta, relajarse, abrirse a nuevos retos y mejorar las relaciones, tal y como lo estableció Ann Wilcock en An Occupational Perspective of Health.

     

    Por el contrario, esta autora, planteó que el aburrimiento o la respuesta emocional a la falta de ocupación o enfrentarse a una no significativa, y el colapso físico y/o mental, resultado de una sobrecarga de trabajo, son formas de estrés ligadas a la aparición de diversas enfermedades. En este sentido, Maya Profis y Tzahit y Siomon-Tuval han planteado que las ocupaciones profesionales pueden verse afectadas por las condiciones propias del sitio de trabajo, los horarios en los que se llevan a cabo y las políticas laborales.

     

    El descubrimiento y aporte de evidencias que demuestran la relación entre ocupación y salud, fue hecho por terapeutas ocupacionales al amparo de la llamada Ciencia de la Ocupación. En 1962, Mary Reilly planteó que los seres humanos a través de sus manos y con la energía o vitalidad que le dan su voluntad y mente, pueden influir en su estado de salud. Por su parte, Elizabeth J. Yerxa veía a la salud no como la ausencia de una patología orgánica, sino como un estado positivo, dinámico e incluyente de bienestar, fiel reflejo de una buena calidad de vida y satisfacción en las actividades que se llevan a cabo: “Las personas se perciben física y mentalmente sanas en la medida en que son capaces de hacer cosas que les son significativas, una apreciación radicalmente distinta del enfoque biomédico que domina en las sociedades occidentales”. Jim Hinojosa y otros terapeutas ocupacionales han planteado que la salud está relacionada con la posesión de un repertorio de capacidades que les permiten a las personas lograr metas que consideran valiosas.

     

    El planteamiento antes mencionado no excluye a las personas que sufren alguna discapacidad, ya que ellas tienen el potencial de sentirse sanas, en la medida en que puedan poner en práctica sus habilidades residuales para realizar ocupaciones que les son vitales. Tal es así que en una investigación que se llevó a cabo en Gran Bretaña, 9,000 adultos describieron a la salud no sólo como la ausencia de enfermedad, sino como una reserva para enfrentar problemas de salud, desarrollar una actitud encaminada a crear estilos saludables de vida, tener una buena condición física y relaciones sociales, así como funcionar adecuadamente. Este planteamiento resume lo que se conoce como: “competencia ocupacional”, que no es otra cosa que la capacidad de participar de forma adecuada en ocupaciones significativas.

     

    Diversas investigaciones han aportado evidencias que fundamentan el impacto que tiene la ocupación en la salud. Por ejemplo, en un estudio longitudinal llevado a cabo en Holanda, se encontró que 20% de los obreros se vio forzado a dejar de trabajar a los 60 años, mientras que sólo 8% de los oficinistas tuvo que tomar esa misma decisión. También se encontró que el primer grupo presentaba un grado de envejecimiento mayor que el segundo, equivalente a 29 meses de vida.

     

    En otra investigación llevada a cabo en Israel, se analizó la adopción de estilos de vida en médicos en comparación con otros profesionistas. Se encontró que los galenos que trabajan en clínicas comunitarias tienden a alimentarse mejor, realizar una mayor actividad física y tener mayor responsabilidad en el cuidado de su salud. Sin embargo, no se detectaron diferencias con relación al crecimiento espiritual, las relaciones interpersonales y el manejo del estrés al comparárseles con otros profesionistas. Una situación muy distinta se detectó en los médicos que trabajan en hospitales, ya que por el ritmo de trabajo y los horarios estresantes que enfrentan, no se alimentan a las horas que debieran. En esta investigación se citaron otros estudios en los que se ha encontrado que los médicos no llegan a cuidar adecuadamente de su salud debido a que priorizan el cuidado de sus pacientes por encima del suyo, e incluso piensan que –gracias a los conocimientos que tienen– gozan de cierta protección contra las enfermedades.

     

    La maternidad fue objeto de investigación en Israel con madres de 25 a 45 años, quienes habían tenido por lo menos un hijo. En este estudio se encontró que quienes contaban con un sólido apoyo social, ya sea de parte de familiares, amigos o profesionales de la salud, tenían una mejor percepción de su salud, se sentían satisfechas con su papel como madres y presentaban menos síntomas de depresión; además, estimaron quesu salud mental es más importante que la física, en vista  del cuidado intensivo que requieren sus hijos. Este aspecto reviste especial importancia para quienes se desempeñan como cuidadores, puesto que la carga de trabajo que enfrentan limita sus posibilidades de alimentarse de manera adecuada, realizar alguna actividad física y cuidar su salud.

     

    En una intervención que llevaron a cabo terapeutas ocupacionales de la Universidad del Sur de California con el objetivo de prevenir riesgos en adultos mayores residentes de una comunidad, fue posible constatar que el grupo que recibió la atención de dichos terapeutas pudo escoger patrones ocupacionales que mejoraron su salud y funcionamiento físico o evitar un mayor deterioro, además de incrementar su satisfacción y funcionamiento ocupacional. Estos resultados contrastan con la nula mejoría o satisfacción que tuvo el grupo de adultos que estuvo involucrado en actividades meramente sociales o el que no fue objeto de ningún tipo de atención.

     

    Los resultados de esta intervención son un fiel reflejo de los valores que identifican a la Terapia Ocupacional, profesión que promueve la salud a través de la ocupación a fin de que las personas sean capaces de desarrollar su potencial y valerse por sí mismas.

     

    Agradecemos las aportaciones de María Cristina Hernández, directora del Instituto de Terapia Ocupacional, acerca del impacto de las ocupaciones en la salud y los beneficios que provee el ejercicio de la Terapia Ocupacional.

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