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PORTADA

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    Marisol Toriz |

    marisoltb0411@gmail.com Directora editorial y Web de Diálogo Ejecutivo, periodista especializada en la IF con 14 años de experiencia en el desarrollo, dirección y coordinación de proyectos editoriales cubriendo las fuentes de salud, negocios, tecnología y asuntos regulatorios, principalmente; además de ser responsable de la gestión de sitios Web y envíos de emailing. Su alma mater es la Universidad Nacional Autónoma de México y ha tomado diversos seminarios y cursos de periodismo especializado, herramientas digitales, liderazgo, comunicación, ventas, relaciones humanas, UX writing y marketing digital en la Universidad Panamericana, La Salle, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey, Google y Dale Carnegie Training, entre otras.

    Vacunación: Pilar de la salud

    01 September 2020

    Mientras diversas entidades públicas y privadas a nivel mundial se enfocan en la ardua búsqueda y el desarrollo de una potencial vacuna contra la COVID-19, se debe dar continuidad a las campañas de inmunización esenciales para prevenir complicaciones o rebrotes de enfermedades que podrían causar discapacidades o muerte entre la población

     

    Desde su descubrimiento, la vacunación es la única intervención que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha equiparado con el agua potable por su capacidad para salvar vidas; su práctica es fundamental para prevenir diversas enfermedades infectocontagiosas y gracias a ella se previenen hasta tres millones de muertes cada año, así como diversas discapacidades a largo plazo en niños y adultos.

     

    De acuerdo con Yolanda Cervantes, directora médica de Vacunas en GSK México, las enfermedades infectocontagiosas pueden provocar altos niveles de ausentismo laboral y escolar, lo que disminuye la productividad. “Cada año alrededor de cinco millones de personas se enferman gravemente de influenza y pueden morir hasta 500 mil personas en todo el mundo”.

     

    Si bien las enfermedades prevenibles mediante vacunas se han vuelto infrecuentes en muchos países, los agentes infecciosos que las causan aún circulan en algunas partes. En un mundo hiperconectado, como el actual, esos agentes pueden cruzar fronteras geográficas e infectar a toda persona que no se encuentra inmunizada, como ha ocurrido con los recientes brotes a nivel mundial de sarampión y el virus SARS-CoV-2. Por ello, conviene tener presente que existen dos razones clave para vacunarse: protegerse a sí mismo y a quienes nos rodean.

     

    PANORAMA NACIONAL

    Cabe subrayar que México es la nación con el único y más completo Programa de Vacunación Universal que, además de gratuito, es recibido por los ciudadanos, sin distinción, en todas las instituciones públicas de salud. Un estudio publicado en Salud Pública de México en marzo pasado, estima que la cobertura del esquema nacional de vacunación completo en el país es de 48.9%, empero lo recomendable para evitar brotes de enfermedades es de 95% por vacuna y 90% de todas las vacunas por grupo de edad.

     

    Abiel Mascareñas, vicepresidente de la World Society of Pediatric Infectious Diseases, apunta que en el primer cuatrimestre de este año hubo una disminución sustancial del número de menores que completaron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. Esta es la primera vez en 28 años que el mundo podría ver una reducción de la cobertura de esta vacuna, considerada el marcador de la cobertura de inmunización dentro y entre los países.

     

    A pesar del eficiente desempeño del Sistema Nacional de Vacunación, presenta dos puntos principales que, de resolverse de forma adecuada, incrementarían la eficiencia y mejorarían el acceso de la población:

    1. No existe proyecto alguno que dote de autonomía presupuestaria a los Programas de Vacunación.
    2. El presupuesto que se utiliza para la producción y adquisición de los fármacos necesarios está en función de la Secretaría de Salud.

     

    En consecuencia, de 14 biológicos que se utilizan en el Programa de Vacunación, la mayoría no se producen en México, son importados.

     

    MEDIDA COSTO-EFECTIVA

    Las estimaciones sobre el valor de la inversión en vacunas son clave para sustentar las decisiones y los programas de inmunización de los países a fin de obtener los mayores beneficios, tanto en términos de salud como de economía. De ahí la relevancia de la reciente investigación publicada por Health Affairs llamada Return on investment from immunization against 10 pathogens in 94 low-and middle-income countries, 2011–30.

     

    Dicho reporte trabaja con dos enfoques analíticos:

    1. El costo de la enfermedad. Captura el impacto observable de los programas de inmunización en los gastos del hogar, los de la atención médica y la productividad laboral.
    2. El enfoque del valor de una vida estadística. La disposición de las sociedades a pagar por salvar vidas.

     

    Los patógenos que contemplaron So Yoon Sim, Elizabeth Watts, Dagna Constenla y Logan Brenzely Bryan N. Patenaude, fueron: Haemophilus influenzae tipo b, hepatitis B, virus del papiloma humano (VPH), encefalitis japonesa, sarampión, Neisseria meningitidis serotipo A, Streptococcus pneumoniae, rotavirus, rubéola y fiebre amarilla.

     

    En suma, durante la Década de las Vacunas se lograron avances significativos al inmunizar a más de 20 millones de niños y ayudar a más de 100 países a lograr al menos 90% de la cobertura para la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. En este tiempo, también se fortaleció el reconocimiento de los beneficios socioeconómicos de la inmunización que van más allá de la reducción de la carga de morbilidad. Para mantener y maximizar los beneficios de las vacunas, la inversión sostenida y el compromiso para aumentar el acceso a las vacunas son vitales en los próximos años.

     

    APLAZAMIENTO MUNDIAL

    La implementación efectiva de programas de vacunación no sólo reduce los brotes y disminuye los riesgos que pueden incluir muertes en algunos casos, sino que también significa menos recursos para responder a brotes como la actual COVID-19. A nivel mundial, el número de niños paralizados por poliomielitis se redujo en 99.9% y en 2018 fueron inmunizados 86% de los niños menores de cinco años con tres dosis contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, así como con una dosis contra el sarampión.

     

    En contraparte, ese mismo año casi 20 millones de infantes se quedaron sin las vacunas vitales (sarampión, difteria y tétanos) y alrededor de 13 millones nunca han recibido una vacuna, lo cual los pone en riesgo de padecer enfermedades y/o morir, tanto ellos como sus comunidades.

     

    Sin vacunación, enfermedades que se creían erradicadas pueden reaparecer con rapidez como la tos ferina, la poliomielitis o el sarampión, como se ve con 196 casos que llevamos en México al cierre de esta edición.

     

    Pese a los buenos resultados, falta mucho para proteger a plenitud a las comunidades contra los brotes de estas enfermedades. La OMS alertó sobre la suspensión de las campañas de vacunación contra el sarampión en 27 países y en 38 contra la poliomielitis debido a la actual crisis sanitaria por COVID-19. Asimismo, subrayó que al menos 24 millones de personas de 21 naciones de bajos ingresos están en peligro de dejar de recibir las vacunas contra la poliomielitis, fiebre tifoidea, fiebre amarilla, meningitis A, rubeola, el cólera, sarampión, rotavirus y VPH, debido al aplazamiento de las campañas.

     

    A ello, se suma que la cobertura vacunal del año pasado muestra que mejoras como la ampliación de la vacuna contra el VPH a 106 países y una mayor protección de los niños contra más enfermedades corren el riesgo de desvanecerse. Y es la primera vez, en 28 años, que el mundo podría ser testigo de una reducción en la cobertura de la vacuna DTP3 (difteria, el tétanos y la tos ferina).

     

    De ahí que sea de suma importancia que cuanto antes se retome la inmunización sistemática, pese a la pandemia de COVID-19, pues al menos 80 millones de niños menores de un año corren el riesgo de contraer enfermedades que pueden provocarles hospitalización o muerte como la difteria, el sarampión y la poliomielitis.

     

    SECTOR COMPROMETIDO

    Identificar qué elementos socioculturales influyen en los bajos esquemas de vacunación o la aplicación tardía es fundamental para conocer las estrategias más adecuadas para informar y sensibilizar sobre su importancia para la supervivencia, el bienestar y el desarrollo.

     

    Organizaciones como GAVI surgieron para proteger a las futuras generaciones a través de la vacunación, así como reducir la desigualdad de enfermedades al proporcionar un acceso equitativo a las vacunas para lograr un mundo más saludable, seguro y próspero. Su meta para el año 2025 es inmunizar a 300 millones de niños de los países más pobres del mundo contra enfermedades como el sarampión, la poliomielitis y difteria.

     

    Para lograr su cometido, la IF ha ayudado a transformar la salud de 760 millones de niños a nivel mundial. Cristóbal Thompson, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica, destaca que “el sector farmacéutico está comprometido a impulsar la innovación de las vacunas para ayudar a lograr la seguridad sanitaria en México y el mundo, prevenir enfermedades y abordar los desafíos que presenta el envejecimiento de la población. Para lograr esto, la alianza entre el sector público, privado, sociedad civil y medios de comunicación es vital”.

     

    Fernando Sampaio, Country Chair en México de Sanofi, resalta que “trabajamos en estrecha colaboración con los gobiernos, las autoridades sanitarias, los líderes de opinión y las organizaciones para reforzar la cultura de la vacunación en México, pues no es sólo algo que hacemos por nosotros, también es un acto de solidaridad y amor que brinda protección indirecta a las personas vulnerables que no pueden vacunarse, como los niños que son demasiado jóvenes o las personas con sistemas inmunológicos comprometidos”.

     

    LLAMADO URGENTE

    Las causas de la interrupción de la vacunación son diversas, a veces, aunque se ofrecen los servicios, la población no puede acceder a ellos por las instrucciones de no salir de casa, interrupciones en el transporte, dificultades económicas, restricciones de movimiento o el miedo a exponerse a un contagio. Muchos trabajadores de la salud tampoco están disponibles debido a las restricciones de viaje o porque se han reasignado a las tareas de respuesta a la COVID-19, pero también por falta de equipos de protección.

     

    No obstante, la inmunización debe ser concebida como una estrategia de prevención de enfermedades y promoción de un envejecimiento saludable, como lo apunta Diana Guarneros, director médico asociado de vacunas en MSD México.

     

    “Con la reincorporación a las actividades habituales debe asegurarse el acceso y la protección de las familias mexicanas contra enfermedades respiratorias como la neumonía e influenza”, recomienda Rodrigo Sini, director médico de Pfizer para América Latina.

     

    Pese a lo anterior, la tasa de cobertura en el sistema de vacunación se ha estancado en 85%. “Previo a la pandemia, las infecciones por neumonía fueron responsables de 15% de todas las defunciones en menores de cinco años de edad a nivel mundial; ahora, el incremento de afecciones controlables por medio de la inmunización puede provocar un aumento de morbilidad y mortalidad entre lactantes y otros grupos vulnerables, lo que supondría una mayor carga sobre las familias y los sistemas de salud”, aseguró Javier Ortiz, secretario de Salud Municipal y director general del Centro COVID19 de Iguala, Guerrero.

     

    Carmen Espinosa, del Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga, comentó: “Si bien en nuestro país no se han registrado de manera formal los grupos antivacunas, es importante sumar esfuerzos para informar, educar y promover que la población mexicana tome decisiones informadas y a conciencia. Desde la aparición de la vacunación, la esperanza de vida ha aumentado entre 15 y 25 años”.

     

    En suma, siempre será mejor prevenir que tratar enfermedades y como recomienda la Asociación Mexicana de Vacunología debemos acudir a la aplicación de vacunas en tiempo y forma, sin dejar de lado las medidas de cuidado recomendadas para la actual pandemia.

     

    Respecto a la IyD de un potencial tratamiento contra COVID-19, diversos expertos han concluido que todos los esfuerzos que están en proceso son igual de importantes, pues mientras algunos podrán proporcionar una primera línea de defensa, otros podrán llegar a un mayor número de pacientes, algunos más podrán ser más efectivos en determinadas etapas de la enfermedad y una vacuna podría retrasar o detener la transmisión. El mundo necesita un abanico de opciones de tratamientos, no una solución única.

     

     

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